En estos días, he estado reflexionando profundamente sobre un fenómeno que observo con creciente preocupación: nuestra obsesión con el tener antes que el ser. Este pensamiento se hizo aún más claro para mí con el reciente caso de un hombre que robó una sucursal de un conocido banco en Santo Domingo. Su historia, marcada por una adicción al casino, me hizo cuestionar hasta qué punto estamos dispuestos a llegar en nuestra búsqueda de posesiones materiales.
Somos seres humanos, no teneres humanos
Siempre me ha parecido fascinante que nos llamemos «seres humanos». Esta expresión pone en primer plano nuestra esencia, nuestro ser. Sin embargo, la sociedad en la que vivimos parece empujarnos constantemente a medir nuestro éxito y valor personal por lo que poseemos. Es como si el tener se hubiera convertido en el objetivo primordial, desplazando al ser. Este cambio de prioridades puede tener consecuencias devastadoras, tal como lo ilustra este caso…
Las adicciones y el vacío interior
Las adicciones, ya sean a sustancias, juegos de azar o cualquier otra forma de escape, son un reflejo de un vacío interior. En mi vida, he visto a personas tratar de llenar ese vacío con cosas externas, creyendo que estas les proporcionarán la satisfacción y el sentido que les falta. El hombre del caso comentado anteriormente, es un ejemplo dolorosamente claro de cómo esta búsqueda de satisfacción inmediata puede llevar a decisiones destructivas.
Redefiniendo el éxito
Este conocido caso, me ha llevado a cuestionar cómo definimos el éxito. Estoy convencida de que el verdadero éxito no se mide por la cantidad de bienes que poseemos, sino por la calidad de nuestras relaciones, nuestra paz interior y nuestra capacidad para vivir en armonía con nosotros mismos y con los demás. Al centrarnos en el ser en lugar del tener, podemos encontrar una felicidad más profunda y duradera.
Un llamado a la reflexión
Tomemos esto como un poderoso recordatorio de las consecuencias de perder de vista nuestra esencia humana. Personalmente me ha llevado a reflexionar sobre mis propias prioridades y valores:
¿Estoy viviendo de acuerdo con mi verdadera esencia o estoy atrapado en la carrera interminable por acumular más cosas?
Volver a ser seres humanos en lugar de teneres humanos implica una reevaluación de lo que realmente importa en la vida. Implica reconocer que nuestro valor no está determinado por nuestras posesiones, sino por quiénes somos y cómo vivimos nuestras vidas.
Excelente reflexión.🙏🏿