En esta etapa de la vida, anhelo paz, estabilidad y libertad. No se trata solo de dinero, sino de vivir con dignidad, sin cargas que pesen sobre mí ni sobre los que amo. Y aunque no siempre fue fácil, he aprendido que una buena planificación financiera puede marcar toda la diferencia.
Aquí comparto contigo algunas reflexiones y pasos que me han ayudado —o que estoy aprendiendo a dar— para vivir esta etapa con más consciencia y menos preocupaciones:
1. Conocer mi realidad financiera
Antes de tomar decisiones, tuve que mirar con honestidad mis ingresos, gastos, deudas y ahorros. Saber dónde estoy parada me permite trazar un camino más claro.
2. Vivir con sencillez
Gastar menos de lo que gano se convirtió en una filosofía de vida. Ya no busco acumular, sino disfrutar lo esencial: la tranquilidad, los afectos, la salud.
3. Crear nuevas fuentes de ingreso
Explorar opciones como rentas pasivas o monetizar un talento fue clave. Nunca es tarde para transformar lo que amamos en una fuente de sustento.
4. Tener un fondo para imprevistos
Un fondo de emergencia me da esa paz de saber que, si algo ocurre, tengo cómo responder sin desestabilizar mi vida.
5. Cuidar mi salud y prever sus costos
Invertir en un buen seguro médico y reservar un fondo para eventualidades ha sido una de las decisiones más sabias que he tomado.
6. Poner límites con amor
Aprendí que ayudar a la familia no debe poner en riesgo mi estabilidad. Cuidarme también es una forma de amar.
7. Elegir bien dónde vivir
El hogar debe ser un refugio y también una decisión financiera inteligente. Mudarse a un lugar cómodo, seguro y accesible puede significar un nuevo comienzo lleno de posibilidades. Proyectos como Balcones de Brisas de Punta Cana me recuerdan que sí existe un lugar pensado para este momento de vida.
8. Dejar todo en orden
Escribir un testamento y expresar deseos es permitirse soltar, sabiendo que tus seres queridos estarán protegidos y sin cargas innecesarias.
9. Rodearme de quienes nutren mi alma
Una red de apoyo amorosa es tan valiosa como cualquier inversión. Amistades, espacios de comunidad y crecimiento personal llenan de sentido esta etapa.
10. Seguir aprendiendo
Nunca es tarde para aprender sobre finanzas y otros temas de interés. Entre libros, talleres y conversaciones, descubrí que cada paso informado me da más libertad.
Vivir esta etapa plenamente es posible. Se trata de mirar hacia adentro, hacer las paces con el pasado y construir, con intención, un presente que me abrace.